El cantante santiagueño, Iván Camaño, volvió a demostrar que está entre los grandes del folclore. En su concierto realizado en Buenos Aires no sólo llenó el teatro Ópera, sino que hizo delirar al numeroso público que lo ovacionó al término de cada canción.
En esta ocasión, la excusa fue la presentación de su nuevo disco "De punta y hacha", en el cual a lo largo de diez temas el cantautor santiagueño reúne lo viejo y lo nuevo de su repertorio, siempre teniendo presente sus orígenes y sin desviarse un ápice del camino que él mismo se trazara aún siendo un adolescente en su Quimilí natal. Minutos antes de que comenzaran a sonar los primeros acordes de la zamba carpera cuyo título le da nombre al nuevo disco; antes de que invitara a cantar con él a los integrantes de "Los Mackay" y "Los Cayetanos" (dos de los tres grupos soporte que tuvo el espectáculo); y antes aún de que Ivana Carrizo y Diego Arce deslumbraran con su danza (muy bien complementados por los integrantes de los ballets El Chañar, Estrella Azul, Inti Sonkoy y El Sachay) Iván Camaño se manifestó "muy feliz" y hasta "emocionado" por la experiencia que estaba a punto de protagonizar.
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En diálogo con la prensa el músico subrayó que tanto para componer como a la hora de cantar trata de apoyarse "en las corrientes fundamentales de la música" de su provincia. Es que, según dijo, "nuestros ancestros han sido nuestros maestros, los que nos han forjado en el amor a la tierra, al paisaje y a la Patria.
"El arte no surge de la nada; el arte se construye sobre el arte". Luego de eso, daría la noticia de la noche: en las últimas horas recibió la confirmación oficial de que será una de las voces que se escuchen en el próximo Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, certamen que se realiza en la ciudad homónima de Chile. Noticia que un rato más tarde sería aclamada por el público.
"Vitillo", un padrino de lujo
Entre zambas, chacareras y un chamamé que cantó acompañado en guitarra por su padre, habría de encender al público al anunciar la presencia de "Vitillo" Ábalos, verdadera leyenda viva de nuestro folclore y padrino artístico del quimilense.
Y "Vitillo", con sus 94 años, no sólo cantó junto a Iván sino que se dio el gusto de bailar una chacarera con Ivana Carrizo. Ya para entonces, la fiesta estaba encendida. Por eso, cuando llegó el turno de "Entre a mi pago sin golpear" y el cierre de lujo "Santiago querido" ambos temas fueron cantados a plena voz por el público. Había llegado el final soñado por todo el equipo de Iván. Tal vez por eso Iván Camaño no abandonó el escenario por donde se supone que corresponde. Bajó por el frente, por la escalera dispuesta para que suban los invitados especiales. Saludó, se fotografió, se entremezcló con la gente. Y salió de la sala por la puerta grande para irse abrazado con el éxito. Y sigue adelante. Iván Camaño apuesto a lo tradicional y es eso lo que mostró en su concierto en el gran teatro porteño, y lo ovacionaron.