The Economist, el influyente medio británico, un adalid del liberalismo internacional, invitó a Javier Milei, el ganador de las PASO y candidato presidencial de La Libertad Avanza a fundamentar su propuesta de abolir el Banco Central.
Milei empezó su columna recordando que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) fue creado en 1935 y que en los años siguientes la inflación aumentó a dos dígitos “redistribuyendo violentamente ingresos y reduciendo el poder de compra de los trabajadores; el peso, que previamente había sido una de las divisas más fuertes del mundo, comenzó su ignominioso declive, echando los cimientos para el ascenso del peronismo”.
Al respecto, la columna recuerda que en 1946 el gobierno militar nacionalizó el BCRA y que en las siguientes décadas el país sufrió tres períodos hiperinflacionarios, con un promedio de 250% de inflación anual y varios cambios de moneda en medio de un “caos monetario”, hasta que –precisó– “en 1991 redescubrimos la moneda sana con la adopción de un nuevo régimen cambiario que pegó el peso al dólar a través de la convertibilidad; pasamos de tener las tasas de inflación más alta del mundo a tener la más baja”.
Milei prosiguió afirmando que “a los políticos argentinos no les gustó la idea de hacer política sin dinero fácil” y esa fue, a su criterio, la causa del fin de la convertibilidad, lo que “hundió a la economía en la peor recesión desde 1930″.
Entre 2003 y 2015, explicó el candidato de LLA, Néstor y Cristina Kirchner volvieron a las viejos trucos y la inflación se fue deslizando hasta ser de más del 30% cuando asumió Mauricio Macri. Actualmente, afirmó Milei, la situación es mucho peor: “tenemos inflación mensual de dos dígitos y, basado en las estimaciones de consenso, el año terminará con una inflación del 180 por ciento”.
Según sus cálculos, la mezcla de exceso monetario debido a los actuales controles y al explosivo déficit del BCRA hace que el país esté otra vez al borde de una hiperinflación. Por eso, dijo, la pregunta a hacer no es si se debe dolarizar, sino qué razón hay para mantener el peso. “Desafío a cualquier a defender el peso”, escribió el economista, citando a continuación al líder de la revolución rusa, Vladimir Lenin, según quien la forma más segura de destruir una economía capitalista es destruir su moneda. Eso es, afirma, “exactamente lo que hicieron los políticos en la Argentina”.
El candidato libertario enumeró luego tres razones sobre su posición de cerrar el BCRA. En primer lugar, argumentó que así como es un delito imprimir billetes falsos, el Central hace lo mismo al “falsificar pesos”, porque tiene el poder monopólico de emisión, derivada de la condición del peso como moneda de curso forzoso. “En otras palabras, está bien que un político robe, pero es un delito si lo hace un ciudadano”, dice Milei para argumentar que lo que el BCRA hace, por imposición de los políticos, es robar, lo que no solo condena a la economía argentina al declive sino que también es “moralmente equivocado”.
En segundo lugar, Milei argumenta una cuestión teórica, basada en los “parámetros fundamentales” que determinan las decisiones de los agentes económicos, por lo cual el BCRA solo puede determinar el nivel de precios de la economía, y como además no existe una “política monetaria óptima” ni tiene toda la información necesaria, sus intervenciones son “siempre dañinas”. Por eso, prosigue, “cualquier acción que tome el BCRA llevará los precios fuera de control”.
En tercer lugar, Milei apuntó a la insolvencia del BCRA, cuyas reservas internacionales netas son negativas y cuya deuda con el sistema bancario es el triple de la base monetaria. Allí es que el candidato afirmó que “junto a mis asesores estoy estudiando varias maneras posibles de resolver este problema, y hemos recibido propuestas de fondos de inversión internacionales que podrían ayudarnos en un período de transición”. La deuda del BCRA, dijo el candidato, es en realidad del Tesoro y por lo tanto tiene valor. De lo contrario, afirmó, arriesgamos a caer en otra híper. En cambio, la inflación implícita en un escenario de dolarización es mucho más baja que otros planes de estabilización. “Nuestra solución ofrece un camino a precios más estables con mayor probabilidad de éxito”, aseguró.
Allí es que repite la pregunta sobre el peso, pero aplicada al BCRA. “¿Por qué no deberíamos cerrarlo?”, planteó, anticipando su respuesta positiva.
Dijo que en los últimos 200 años políticos argentinos y quienes los manejan se beneficiaron del statu-quo y robaron miles de millones de dólares de los trabajadores vía el impuesto inflacionario. Bajo el actual gobierno, detalló, ese robo fue de USD 90.000 millones. Del otro lado, están los trabajadores argentinos, algunos viviendo en en una pobreza tal que no pueden comer, “a pesar de trabajar más y más, mientras otros ven a sus hijos irse del país por falta de oportunidades”.
Y concluyó: “Ustedes saben dónde estoy parado yo en esta lucha épica”.